Descripción
En abril de 2002, la Casa Universal de Justicia de la comunidad bahá’í dirigió una carta abierta a los líderes religiosos del mundo en la que afirmaba que, si no se cortan tajantemente los odios sectarios, amenazan con tener consecuencias desgarradoras para todo el mundo. Si en el siglo XX se abandonaron las falsas creencias de que una etnia era superior a las otras y la de que los hombres eran superiores a las mujeres, el reto del siglo XXI es abandonar para siempre la creencia de que una religión es superior a las demás.