Descripción
«Se convirtieron en velas. Los vientos las azotaron sin misericordia, tempestades repletas y henchidas de clamor guerrero y, no obstante, sus frágiles llamas, prendidas de amor y visión, arden todavía con fulgor resplandeciente.»
Shoghi Effendi, el Guardián de la Fe bahá’í, elogió a todos ellos en un telegrama en el que hacía referencia a ese «distinguido equipo de colaboradores». Vivieron la vida al servicio de su Fe, y su muerte -en lugares tan dispares como Sydney, Teherán o Buenos Aires- constituyen ejemplos señeros de los servicios prestados en el campo pionero que ofrecieron los bahá’ís de la comunidad norteamericana durante los años cruciales que llevaron al establecimiento de la Fe bahá’í por todo el mundo.
Su vida reflejaba un amor que no espera y una devoción que carece de límites.