Descripción
En lo alto de las colinas de Sarawak, el joven Liaz iba perdiendo la vista poco a poco y una mañana amaneció completamente ciego. Su vida cambió totalmente: ya no podía ayudar a sus padres en las tareas del campo ni ir a cazar o jugar entre los cocoteros. Pero su desesperación duró apenas unos meses, pues el muchacho fue aprendiendo cosas nuevas. Un buen día, unos maestros bahá’ís visitaron el pueblo de Liaz y le aportaron un nuevo descubrimiento. Ilustraciones de Tushar Kanti-Paul.