Descripción
A comienzos del siglo XIX cundía el fervor milenario en importantes ámbitos de la humanidad. Mientras que los cristianos aguardaban el retorno de Jesucristo, una oleada de expectación mesiánica sacudió el mundo islámico, que esperaba la venida del «Señor de la Época». En Persia, el fenómeno alcanzó su dramático clímax el 23 de mayo de 1844, fecha en la que un mercader de 25 años de Shiraz, llamado Siyyid ‘Alí Muḥammad, posteriormente conocido por el título de «el Báb», anunció que era el portador de una revelación divina destinada a transformar la vida espiritual de la raza humana. Además, alegaba que no era sino el Heraldo de otro Mensajero, quien pronto habría de aportar una revelación mayor, la cual inauguraría la anunciada era de la paz universal. Frente a un telón de fondo marcado por la decadencia moral de la sociedad persa, la declaración suscitó grandes esperanzas y enorme entusiasmo entre todas las clases. Pronto el Báb no sólo consiguió atraer hacia sí a decenas de miles de seguidores, entre ellos miembros influyentes del clero, sino también la mano brutal de un gobierno intimidado pero decidido a destruir un movimiento que amenazaba con trastocar el orden establecido. Que brille el sol refiere la extraordinaria historia del Báb, el Profeta Heraldo de la Fe bahá’í. Basándose en testimonios contemporáneos, William Sears describe vívidamente uno de los períodos más significativos —y también más desconocidos— de la historia religiosa desde que vieron la luz el cristianismo y el islam.